Herboristería práctica

Las plantas o yerbas medicinales, deben recolectarse cuando están en su plena madurez y totalmente florecidas. Después de limpiar previamente la planta de sus hojas secas al sol, o podridas por la humedad, deben secarse a la sombra.
Si la planta es muy jugosa y de tallo grueso como la borraja o hualtata, debe cortarse a lo largo con un cuchillo, para facilitar la "deshidratación del tallo", y colgarse en alambres a la sombra y al aire.
Después de bien seca la planta, ya sean flor, hojas, corteza, semillas, palos o raíces, se envasará y se guardará en un lugar  apropiado, que no sea húmedo ni caluroso.
El aire debilita el aroma y la propiedad medicinal de la planta una vez seca además la reseca, por esto conviene guardar la planta, aunque envuelta en papeles.
La propiedad y fuerza medicinal de la planta cosechada en la forma indicada será la misma que si fuera recién tomada de la mata o preparada en estado verde.
La planta, yerba o fruta, al secarse, únicamente ha perdido el agua que contenía cuando estaba verde: sus propiedades curativas, sales minerales y vitaminas que contenía en estado fresco o verde, siguen inalterables hasta un año después.
Las plantas o vegetales secos al sol directo, no poseen propiedades curativas, éste desvirtúa sus propiedades, las inutiliza y quema la planta.
La planta, yerba, etc. después de un año de haber sido cosechada, debe renovarse por otra, su fuerza curativa se debilita y llega a anularse, según sea el tiempo transcurrido.
Los preparativos de las plantas o yerbas medicinales, aumentan su eficacia curativa, si se las endulza con miel de abejas y se les agrega jugo de limón a la bebida.
Tisanas: En la medicina natural, las fórmulas de yerbas para preparar bebidas medicinales no son lo suficiente útiles en la práctica.
El mismo interesado debiera ocuparse, si le fuera posible, de estudiar y observar hasta comprobar la eficacia de vegetales en la cura de enfermedades. Con el conocimiento que le dará su experiencia, podrá fácilmente elegir el medicamento adecuado y más eficaz para curar la enfermedad o la dolencia que le afecte a él o algún miembro de su familia.
Los vegetales proporcionan a nuestro organismo todo lo que necesita para vivir, alimento sano y medicina natural, que es la única verdadera.
Por ese motivo no debemos olvidar que el remedio está siempre cerca del enfermo, y que con un poco de interés o de buena voluntad aprenderemos a conocerlo y a servirnos de él.
Los campesinos o habitantes de las ciudades que disponen de huertos o jardines encontrarán en las plantas cultivadas y en las silvestres que salen como maleza, los remedios que necesiten para aliviar y curar sus enfermedades.
Cuando necesite un remedio, puede buscar con el buscador de este blog (margen superior derecho) el nombre de la enfermedad y de las plantas que éste señale que sirven para curar esa dolencia, se escogerá una o varias, prefiriendo las que sean más fáciles de conseguir y al mismo tiempo más eficaces (ateniéndose a la explicación que da la lectura de la planta).
Es muy conveniente siempre, mientras dure el tratamiento, dar al enfermo el alimento apropiado y que es indispensable en todos los casos para su pronta mejoría y su completa curación.
Las fórmulas de tisanas que se administren al enfermo pueden variarse mientras dure el tratamiento, buscando siempre y en todo caso el medio para mejorarlas. La oración es una de ellas.
Para prepara una tisana:- Pones a hervir la cantidad indicada de agua y cuando rompe el hervor (burbujitas en la superficie) le agregas las yerbas/plantas en la cantidad indicada. Apagas el fuego y dejas descansar 15 ó 20 minutos, lo cuelas y lo bebes también de la forma indicada para que tenga el efecto terapéutico y sanador que se busca.
Infusión: Consiste en hacer obrar un líquido hirviente sobre el vegetal, con el fin de extraerle sus principios activos, hasta el enfriamiento completo.
El producto de la infusión lleva el nombre de infuso y sirve de vehículo a las pociones y tisanas.
Para su preparación introdúzcase el vegetal groseramente dividido, en un recipiente, dejándose caer sobre él la cantidad de agua necesaria, en estado de ebullición tápese y déjese en reposo hasta su enfriamiento (media hora es suficiente), agitándose a intervalos. Cuélese o fíltrese el líquido por algodón o lienzo perfectamente limpio, lávese el residuo con agua fría hasta completar el volumen solicitado.
La proporción de vegetal (droga) que debe entrar en una infusión está de acuerdo con su actividad.
La farmacopea, establece las siguientes proporciones:
a)las muy activas se hacen, salvo indicación contraria del médico, al 1% (digital, ipecacuana, acónito)
b)las de mediana actividad al 2%
-drogas purgantes que contengan glucósidos (sen, frángula, cáscara sagrada)
-drogas que contienen saponina (quillay, polígala)
-drogas que contengan alcaloides y glucósidos poco activos (quina, condurango, etc.)
-drogas que contengan esencias muy aromáticas (anís)
c)las poco activas se hacen al 4% (manzanilla, tilo, especies pectorales, etc.)
Decocción. La decocción o cocimiento, consiste en someter la parte del vegetal elegido a la acción de un líquido a la ebullición durante un tiempo más o menos largo y el producto recibe el nombre de decocto.
El producto o material, triturado o dividido, recibe la acción de la ebullición durante un tiempo variable, en la practica se ha tomado como norma, el tiempo de media hora. La ebullición o cocimiento se efectúa en un recipiente apropiado y si el agua se evapora se reemplaza por otra cantidad.
La proporción de vegetal para la confección de las decocciones son las mismas que las indicadas para la infusión.
Por esta operación se obtienen productos líquidos más o menos cargados de sustancias medicamentosas y colorantes; se emplea cuando los productos o principios medicinales que contienen los vegetales, son poco saludables y no contienen sustancias medicamentosas volátiles.
Cabe también observar lo mismo que lo indicado para las infusiones en cuanto a la cantidad de líquido que debe resultar. Estando frío el decocto debe ser filtrado y completar el líquido prescripto.
Eficacia máxima. Se obtendrá, si previamente se ha macerado en agua fría (por horas o un día), el material antes de hacer la infusión o cocimiento.
Maceración. Consiste en hacer obrar un líquido cualquiera sobre un vegetal convenientemente dividido, durante 8 a 10 días a la temperatura ordinaria y agitando frecuentemente. Al producto se le da el nombre de macerado y según el vehículo o disolvente empleado, la maceración se llama acuosa, alcohólica, etc.
Esta forma de disolución extractiva es muy empleada en la preparación de tinturas, extractos, elíxires, etc. y se emplea con vegetales o drogas que contienen principios activos que se descomponen por medio del calor.
Para macerar los vegetales, deben dividirse previamente: se coloca en un recipiente apropiado la cantidad de material y líquido prescriptos, se agita unos 10 minutos y se deja en reposo, agitando después de 3 horas más o menos durante 8 días. Se supone que en las noches no se agitará, pasado este lapso de tiempo, se cuela y filtra, se exprime el residuo y se lava con la cantidad suficiente del mismo líquido que se usó para hacer la maceración, hasta obtener la cantidad prescripta.
El residuo puede volver a macerar, según sea la naturaleza de él o de los principios activos que contenga la droga en maceración.
Esta segunda maceración puede ser con el mismo vehículo o con otro diferente. El producto obtenido de la maceración o de la doble maceración, se deja en reposo 48 hs. y se filtra con papel filtro.
Extracto: después de haber macerado el vegetal el tiempo necesario (las hojas 48 hs.), se cuela y filtra, y se colocan en un recipiente a fuego directo que hierva, mientras se revuelve, hasta conseguir evaporar el agua al estado deseado. En esta forma, puede hacerse extracto líquido, en pasta o en polvo
Tinturas. Las tinturas o soluciones extractivas de sustancias de origen vegetal, se obtiene haciendo actuar sobre ellas el alcohol o mezclas hidroalcohólicas o etereoalcohólicas.
Para preparar tinturas, el vegetal deberá ser finamente triturado o mejor aún en estado de polvo, para facilitar la acción del líquido extractivo.
Las tinturas de los vegetales que contengan como principio activo, alcaloides o glucósidos, se preparan por doble maceración o percolación, y aquellos que contengan resinas o materiales solubles en gran cantidad, se preparan por maceración.
Tinturas para las que se exigen un contenido determinado en principios activos, se llevarán al título pedido de adición del disolvente descripto.
Conservación. Al abrigo de la luz, en frascos de tapa esmerilada y en lugares frescos.
Tinturas con principios activos fácilmente alterables, deberán renovarse periódicamente.
Agua a pasto