Árbol corpulento, ramoso, de grueso tronco, hojas aovadas y dentadas. Su fruto la bellota, se utiliza para engordar cerdos.
La infusión -20 grs. por litro de agua- se bebe como tónico general del organismo, contra las afecciones del hígado, cálculos, acrimonia del estómago, diarreas y hemorragias.
En pequeñas dosis, durante varios días seguidos, da excelentes resultados darlo a beber a los niños que mojan la cama durante la noche.
La infusión de hojas en vino tinto, con miel de abejas, se usa en gargarismos, contra el reblandecimiento de las encías y de la campanilla y en la angina crónica.
Para curar con éxito las fístulas del recto hágase un cocimiento de 30 grs. de corteza tierna o palitos delgados, en un litro de agua, cuélese bien y aplíquense por medio de una pera de goma lavados rectales, por uno o dos días. Continuándose con irrigador hasta la completa curación.
Los paños impregnados de este cocimiento y aplicados calientes en compresas, sobre la parte afectada, resuelven las inflamaciones e hinchazones de las glándulas (paperas).
En baños calientes de asiento, da muy buenos resultados contra colapsos o descensos del recto o de la matríz.
Los baños generales de cocimiento de ramas de encina, se usan para curar los infartos glandulares, las contusiones, las úlceras y las enfermedades de la piel.
Por picadura de un insecto, la planta segrega savia, formando excrecencias (agallas) de las cuales por destilación al éter, se extrae el ácido tánico o tanino al éter, sustancia ésta muy útil usada en medicina y en la industria.
La corteza contiene 15% de ácido tánico y 11 % de ácido gálico.
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