Planta de jardín, muy vulgar en medicina casera, de olor fuerte y de sabor amargo.
El ajenjo posee propiedades aperitivas, estomacales, estimulantes, tónicas y digestivas.
El caldo de su infusión en dosis de 5 grs. de hojas para medio litro de agua, se toma en pequeñas porciones contra los dolores de vientre, indigestiones y toda clase de desarreglos digestivos.
Elimina los gases, combate el estreñimiento y las afecciones biliares; facilita el curso de la bilis al intestino, cura la ictericia catarral y estimula la secreción de los jugos gástricos y las funciones del hígado.
El ajenjo es un medicamento muy enérgico y no debe abusarse de él.
Esta bebida también es muy útil y eficaz para combatir las fiebres intermitentes, diarreas, disenterías, dispepsias nerviosas y las enfermedades de los riñones y vejigas; provoca el flujo menstrual de las mujeres débiles y es muy útil para expulsar las lombrices intestinales y para eliminar el mal olor de la boca si proviene del estómago.
Es un buen tónico para la debilidad general del organismo; da color sonrosado a las personas pálidas.
Esta bebida no es recomendable a las personas nerviosas y no deben tomarla las que padecen de irritaciones crónicas del estómago.
El vinagre donde se ha hervido ajenjo, se toma como contraveneno de hongos o callampas venenosas.
El zumo de las hojas de ajenjo, adicionado de pequeña cantidad de miel de abejas, se filtra y usa como excelente colirio para curar enfermedades de los ojos; irritaciones, nubes u opacidades.
Esta planta posee propiedades insecticidas, el olor fuerte y penetrante que despide ahuyenta a la mayoría de los insectos de las habitaciones, se colocan ramas de ajenjo frescas y se renuevan continuamente.
El ajenjo contiene una resina acre, una sustancia amarga, llamada absintina y una especie de goma resina.
Para ahuyentar y eliminar las chinches, se cuecen 60 grs. de ajenjo en un litro de agua, se cuela y se agrega 10% de cola de carpintero, previamente disuelta en cantidad suficiente de agua. Con este preparado se pinta bien los somieres, y las partes donde haya chinches. Esta operación debe hacerse cada cierto tiempo hasta que desparezcan los insectos definitivamente. Como medida precautoria, después se hace dos a tres veces al año.
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