La cebolla comida cruda o ligeramente asada en ensaladas, es sana, digestiva, algo laxante, calmante y muy depurativa.
Posee excelentes propiedades medicinales y produce en nuestro organismo, un efecto altamente vitalizador. Contiene proporciones muy apreciables de vitaminas A, B1, B2, C y E.
Deben comerlas en abundancia, las personas débiles, enfermas de los nervios, de los riñones y de la vejiga, reumatismos, gota, hidropesía, diabetes, obesidad, inflamación de las articulaciones, tuberculosis, alivian el dolor de los pulmones y combaten el cáncer y la sífilis. Eliminan toda clase de impurezas y toxinas de la sangre, curan las enfermedades de la piel, alcalinizan y remineralizan la sangre, activando su circulación.
La cebolla es rica en sales minerales orgánicas y otras sustancias, potasio, fósforo, calcio, sodio, hierro, azufre, magnesia, cloro, manganeso, albúmina, azúcar, almidón, esencia de olor picante, etc. Las ensaladas de cebolla cruda, disuelven los cálculos, curan el escorbuto y el insomnio, eliminan los gusanos y las lombrices intestinales, tonifican el cerebro, estimulan la digestión, curan el estreñimiento, purifican y estimulan el estómago y los intestinos, combaten enfermedades infecciosas, la tos, la bronquitis y el asma.
Las cebollas blancas se recomiendan para curar la tos y el insomnio. Las encarnadas para curar las afecciones a la vejiga, retención de la orina, el mal de piedra y la hidropesía. En el tratamiento de la hidropesía, se aconseja dar al enfermo como único alimento, cebolla machacada con leche fría.
El jugo de cebollas es muy útil y eficaz para curar el escorbuto, las supuraciones de la piel y la de las mucosas, la tos convulsiva y la de los bronquios y también para expulsar las lombrices de los niños. Dosis: dos cucharadas de jugo, para una tacita de agua caliente, endulzada con miel, se toma varias veces al día. Para las lombrices se toma el jugo sin agua. También el jugo de cebollas es muy útil y eficaz para curar el dolor de dientes y el dolor de cabezas y también se usa para combatir la embriaguez.
Para combatir la gripe: a una taza de agua caliente se le agrega el jugo de un limón, una cucharada de miel y una o dos cucharadas del jugo de cebollas. Se bebe 4 y hasta 6 veces al día, si el enfermo se presenta con caracteres graves. Esta bebida es un poderoso remedio para combatir con la más segura eficacia todos los estados griposos. La cebolla machacada colocada en cataplasma en la planta de los pies de los enfermos de tifus, los alivia y cura pronto, sustituyendo continuamente por nuevas, estas cataplasmas y botando las ya usadas.
Asadas y machacadas se aplican en cataplasmas sobre la parte afectada, para ablandar y provocar la supuración de los panadizos, forúnculos y abscesos fríos.
El jugo de cebollas con agua, es antiséptico, sirve para curar heridas, úlceras y llagas. También es muy útil, beberlo para combatir la fiebre.
Una cucharada de aceite de comer, se mezcla con media taza de jugo de cebolla. Se hacen gárgaras y se toma para curar la difteria.
La cebolla cruda, aplicada en la caries de los dientes o de las muelas alivia el dolor.
Las friegas con jugo de cebollas, se utiliza para aliviar los dolores neurálgicos y reumáticos.
Unas gotas de jugo, introducidas en el oído, es muy útil contra la sordera y los zumbidos de este órgano.
Las cebollas crudas son algo difícil de digerir a los estómagos débiles o enfermos. Tampoco conviene a las personas de temperamento bilioso o sanguíneo. Los que se encuentren en estas condiciones pueden comerlas asadas. Las cebollas cocidas, pierden la mayor parte de sus propiedades nutritivas y medicinales.
El caldo de cebollas cocidas es algo depurativo y hepático, se toma para aliviar las inflamaciones del hígado.
La cebolla frotada sobre el cuero cabelludo, estimula el crecimiento del pelo. Aplicada sobre la tez, mantiene el cutis terso y brillante, dando muy buenos resultados para eliminar las pecas y las manchas de la cara.
El jugo de cebollas está indicado, para aliviar y curar las picaduras de insectos, abejas, avispas, tábanos, arañas, etc.
La ensalada de cebolla cruda, condimentada con bastante jugo de limón y algo de aceite, constituye un excelente pectoral, para curar rápidamente los resfriados.
Esta misma ensalada, con un poco de ají estimula y vigoriza el organismo, componiendo rápidamente el cuerpo malo.
El olor fuerte que deja en las manos o en la boca la cebolla, se quita frotándolas o masticando un poco de apio, respectivamente.